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La “Equivalencia de la Productividad” II

Como lo prometí aquí está la segunda parte, tal vez tendrán que ser más pero creo que vale la pena. Como vimos la vez anterior la “Equivalencia de la Productividad”, esta:

EP = EP = Sueño + Dieta + Ejercicio + Meditar/Rezar/Silencio – Estrés – Distracciones

Hablamos acerca de de los primeros dos componentes, Sueño y Dieta. Antes de seguir con los demás me gustaría terminar rápidamente con Dieta.

  • Dieta, segunda parte y final. Cuando hablamos de dieta y productividad necesitamos referirnos también de cómo afecta nuestra dieta a nuestra productividad de forma inmediata. Está muy claro que si diario tenemos comidas en donde abunda el alcohol nuestro hígado quedará destruido y también nuestra productividad, pero si lo hacemos una sola vez esa tarde va a ser anulada, si es que volvemos al trabajo. El efecto inmediato está muy bien definido. Para poner esto más claro, debemos buscar alimentos que sean buenos para nosotros en el largo plazo, pero también necesitamos tener a la mano alimentos que puedan ayudarnos inmediatamente. Una taza de café nos ayudará a estar alertas, una comida rica en grasa y carne nos mandará a la lona, no soy nutriólogo, solamente sé de productividad así que antes de escuchar el consejo de un amateur, mejor vayan a ver a un profesional antes de decidirse por un plan alimenticio que los ayude de verdad, busquen en Google, rápida y eficientemente, no se pongan a procrastinar ahí, a un profesional de la nutrición que para eso estudiaron y les gusta lo que hacen.
  • Ejercicio. Otra vez nos encontramos con algo que suena más lógico y trillado que nada, sabemos que debemos ejercitarnos más pero es justo en este departamento donde más procrastinación hay. Pero voy a ir más allá de la necesidad de hacer cardio al menos tres veces por semana, necesitamos ejercitar los músculos, necesitamos activarnos. Pero esto va más allá del ejercicio que hacemos en ropa deportiva de vez en cuando. Necesitamos más movimiento, subir y bajar las escaleras, caminar por los pasillos, salir a pasear, ponernos de pie lo más que podamos porque… porque estudios recientes han mostrado que estar sentados demasiado tiempo nos está matando. Así es, leyeron bien, el estar sentados nos está matando. Le estamos haciendo un daño tremendo a nuestro cuerpo al estar sentados en una silla, al estar haciendo lo que parece ser nada. De ahí viene la reciente popularidad de los escritorios para trabajar parados, luego a algún listo se le ocurrió que ya que estaba de pie porqué no caminar, y entonces nacieron los escritorios con caminadora, y luego esta otra idea tomó de las anteriores y entonces, ahora sí, HamsterWheel Deskparecemos ratas de laboratorio con este escritorio que tiene incorporada una rueda de Hamster… Pero me estoy desviando. No se queden sentados todo el día, los está matando, literalmente no solamente matando sus sueños.
  • Meditar/Rezar/Silencio. Bien, llegamos a la parte más interesante de la equivalencia. Pueden pensar “¿Y qué tiene que ver estar sin hacer nada con la productividad? ¡No estás haciendo sentido!” Qué bueno que preguntas y que estás tan apasionado. Meditación, agradable meditación. Soy un nuevo pero convencido converso. Lo he estado haciendo diariamente por los últimos 6 meses y me ha cambiado la vida, o de menos mi percepción de mi vida. Ahora estoy más tranquilo, menos irritable, quienes me conocen saben a lo que me refiero ¿verdad? No me enojo como lo hacía antes, y sobre todo, estoy más consciente de mi lugar en esta vida y en la de los demás. También soy un mucho mejor oyente, porque puedo mucho más fácilmente dejar de escuchar a mi narrador interior, tengo una mejor percepción de la realidad a mi alrededor. Si no te gusta meditar sugiero que vuelvas a intentarlo, una vez más, de menos 6 meses de práctica diaria. No estoy bromeando, sabes que debes detener algo, sobre todo en tu cabeza, y esto te ayudará, estoy seguro. ¿Qué pasó? ¿Sigues sin querer aún cuando ya sabes lo bueno que es? ¡Eres como un fumador que no quiere dejar de fumar! Pero está bien. ¿Eres religioso? Intenta rezar, sí, rezar pero no entres en un diálogo con el ser supremo de tu preferencia, no, simplemente di tus plegarias, no pienses en ellas, no intentes buscarles un significado, mientras rezas solamente reza, eso es todo. ¿Qué dices? ¿No quieres ni meditar ni rezar? Siéntate en silencio, de preferencia en el piso sobre un almohadón, y permanece en silencio. Cierra los ojos pero no te recuestes que te puedes quedar dormido. No intentes pesas sobre tu día, sobre quien te hizo algo, sobre qué vas a desayunar comer o cenar, no pienses en lo que tienes que hacer, nada. Silencio solamente, silencio exterior e interior. Necesitarás concentrarte en algo, usa tu árbol favorito de cuando eras niño o niña. Concéntrate en el árbol una y otra y otra vez, cada que te distraigas con una idea nueva, un recuerdo, un sentimiento, una sensación, regresa al árbol. ¿Te acabas de acordar de algo muy importante? Puede esperar 5 minutos, de vuelta al árbol. Visualízalo en tu mente todo lo que pudas recordar del árbol. Haz esto de 5 a 10 minutos todos los días por 6 meses. Cambiará tu vida.

Bueno, ahí lo tienen, se nos acabó el tiempo y cuando digo nos me refiero a ti, quiero mantener estos posts tan cortos e informativos como sea posible porque sé el valor que tiene el tiempo. Por favor comparte esto en tu muro de Facebook si te pareció informativo, y comenta, aquí o en la red social que más te guste, muchas gracias.

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La “Equivalencia de la Productividad”

Desde el último trimestre de 2015 he cambiado mis hábitos para cambiar positivamente mi vida. Todo esto para empezar a aplicar la “Equivalencia de la Productividad” o EP

EP = Sueño + Dieta + Ejercicio + Meditar/Rezar/Silencio – Estrés – Disctracciones.

  • Esta sencilla equivalencia nos dice dónde hay que poner y dónde hay que quitar para ser más productivos. Más altos niveles de productividad dan mejores resultados, ya sea que tu meta sea estar más saludable, pasar más tiempo con la familia, tener más dinero. Lo que esto implica es sencillo. No puedes tener mejores resultados al quitar en dónde debes poner y poner dónde debes quitar. Tampoco puedes quitar uno de los componentes del todo, ya sean los buenos o los malos. Los buenos tienen niveles mínimos que debes intentar alcanzar y los malos, sin importar que tanto intentes eliminarlos, se las ingenian para crecer en cuanto los pierdes de vista. No puedes, por ejemplo, dejar de dormir y usar ese tiempo para ejercitarte, eso no funcionaría, el resultado sería un EP menor. Recuerda, esto es solamente una equivalencia, no es una ecuación completa para la Productividad, puedes pensar que le faltan cosas que para tí son importantes. Si así lo crees agrégalas, y evalúa tú mismo qué es mejor. La uso como una guía para ver en dónde puedo encontrar la causa de una baja en mi productividad, para poder hacer un evaluación de qué cambió en esta equivalencia y arreglarlo.
    Tomemos un momento entonces para ver los componentes de uno en uno.

    • Sueño. Puedes decirme “No puedo soñar en dormir más, sí es chiste, eso reduciría mi productividad, necesito trabajar, cuidar a los niños, la casa, todo eso, no me puedo dar el lujo de dormir” Una objeción muy común a estas sugerencias del sueño. Entiendo, la vida es dura, hay que trabajar mucho y necesita mucho tiempo, no hay manera para dormir más. Pero viene la parte triste. La privación del sueño acarrea problemas psicológicos y a la salud, y lo peor es que una pequeña desviación de nuestra cantidad ideal de sueño por un tiempo prolongado puede tener consecuencias de largo plazo. Dicho lo anterior, pasar una noche en vela trabajando no te va a matar, pero hay que intentar que no suceda seguido.
    • Dieta. Este es obvio, necesitamos comer saludablemente, no necesito decírtelo, otra vez. Ahora bien, tal vez no conocías esta hipótesis que dice que la fuerza de voluntad tiene un depósito, como un tanque de gasolina, podemos usarla una y otra y otra vez pero de pronto se vaciará y entonces caeremos a las tentaciones mucho más fácilmente. ¿Qué quiere decir esto? Que necesitamos ser cuidadosos en cómo usamos nuestra fuerza de voluntad. Si necesitamos abstenernos de tomar una dona de la charola de los bocadillos en lugar de una fruta o algo más saludable en una conferencia entonces habremos usado algo de nuestra fuerza de voluntad, si tenemos que decidir entre usar las escaleras en lugar de tomar el elevador, de vuelta, fuerza de voluntad. ¿Qué hacer entonces? Debemos guardar nuestra fuerza de voluntad para decisiones que importen de verdad. Podemos eliminar esta toma de decisiones mundanas de dos formas. Siempre tomar una decisión de forma anticipada, hablamos antes de los detonadores, bueno, aquí hay un ejemplo de uno de ellos. “Si tengo que subir, siempre voy a tomar las escaleras y no el elevador como primera opción.” “Si voy a tomar un bocadillo nunca serán pasteles o galletas”. Podemos ayudarnos más tomando medidas físicas, quitando las tentaciones y alejándonos lo más que podamos de esas deliciosas galletas.

Bueno, como ya los tengo acostumbrados a cierta longitud en mis textos aquí vamos a parar por hoy, pero mañana sigo, mira qué cosas, dos días seguidos de publicación. Mientras tanto me encantaría leer sus opiniones en los comentarios de aquí abajo, aunque solamente para saludar.

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“Mi horario” o “Regreso a la escuela”

Hola todo el mundo. Hoy les traigo otra herramienta que les ayudará a tomar el control de su tiempo y por consiguiente ser menos propensos a procrastinar. ¿Recuerdan cuando iban a la escuela?¿Recuerdan como hacían muchsísimas cosas, de menos por las mañanas? ¿Y luego, como por las tardes, si te dejaban organizarte tú solo el tiempo se volvía más lento? Tal vez veías tele, o salías a jugar con tus amigos a la calle. Algunos tenían actividades extracurriculares pero la mayoría no. Traten de recordar como el tiempo cambiaba su ritmo de la mañana a la tarde. Una de las razones de este cambio era la existencia de los horarios. Piénsalo un poco. Por las mañanas todas tus actividades ya estaban planeadas. Te levantabas a una hora predeterminada, había una rutina cotidiana, y luego te ibas para la escuela. Una vez en la escuela tenías un horario establecido, “Martes, 8:30, inglés” y no tenías que pensar qué tenías que hacer, y era genial. Bueno, genial para tu productividad, tal vez no gustaba la maestra de inglés, pero aprendías y hacías cosas. Por otro lado las tardes estaban llenas de diversión, cuando sabías qué hacer con ellas. Al final todas esas tardes sin planes terminaban pareciéndose mucho ¿o no? Si tu horario no estaba preparado por un adulto tenías que buscar tú mismo qué hacer con tu tiempo y eso podía tomar, bueno, algo de tiempo. ScheduleBueno, ya todos somos adultos. Tenemos que ocuparnos de nuestro horario nosotros mismos. Y eso puede ser algo abrumador. Sé que muchas partes están planeadas de antemano, sobre todo las mañanas, y sobre todo porque tendemos a levantarnos lo más tarde posible. Después de la locura matinal somos libres de continuar con nuestro día. Ya sea que tengamos un empleo, seamos independientes, no trabajemos o lo que sea que habgamos con nuestro tiempo aún nos queda el resto del día por delante. Aún nos queda todo este tiempo que tiene que ser empleado, si estamos haciendo las cosas bien, en actividades significativas. Y aquí es dónde la procrastinación entra en escena, porque si no averiguamos y preparamos con antelación podemos acabar realizando actividades menos importantes y nada más urgentes, o terminamos perdiendo el tiempo porque no hemos resuelto el rompecabezas de qué queremos alcanzar el hoy. Recomiendo entonces hacer un horario para nuestros días. Como cuando íbamos a la escuela. Podemos tener un horario para nuestras tareas de cada hora del día. Suena un poco exagerado lo sé, pero entre más procrastinador seas más ayuda necesitas. Necesitas planear tus horarios por lo menos la noche anterior. Mezclando rutina con tareas únicas, dándoles menos tiempo del que estimas, para obligarte a enfocarte utilizando la Ley de Parkinson a tu favor. Recuerda que cada tarea que escribes en el horario es un compromiso, tal vez solamente contigo mismo pero un compromiso al final. Una vez que tienes tu horario para el día siguiente estoy seguro que hasta dormirás mejor. Haciendo esto te estarás ayudando de dos formas. Definirás qué tienes que hacer y eso te hará pensar sobre esa tarea. Definirás si la tarea es relevante, si es significativa, si es factible, si es pertinente, todo esto te ayudará a seleccionar la tarea que se hará y si es el mejor empleo de tu tiempo en ese preciso momento. El segundo benefiocio será la habilidad de concentrarte y no distraerte. Cómo las tareas ya han sido seleccionadas, por ti mismo, tu responsabilidad ahora es hacerlas lo mejor y más rápido que puedas. Sin titubeos. Sin esperar a ser visitado por las musas. Así es que te pregunto, querido lector ¿planeas tu día por horario, lista de tareas, o para nada? Me encantaría leer tus comentarios, y si te parece que este blog es interesante, por favor, compártelo con tus conocidos.

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Resistencia

No voy a hablar de San Valentín.

Estoy haciendo esto aunque no se me antoja mucho hoy. Ya saben como se siente eso. A veces tu cabeza quiere estar en otro lugar. Parece que no encuentras la pasión que tenías a penas ayer de conseguir algo. Te regresan las dudas “¿vale esto la pena?” “¿valgo yo la pena?” “¿soy exitoso o solamente es suerte?”. Es un verdadero sube y baja emocional ¿o me equivoco? Esto nos pasa a todos, y si no te pasa a ti puedes ser un psicópata, pero eso es otra historia. Muy bien, todos tenemos estos sentimientos ¿pero qué son estos sentimientos? Qué bueno que preguntas. Estos sentimientos, aún cuando no son iguales, pertenecen al mismo espacio. Se ve que no son iguales porque el pensar “¿valgo yo la pena?” lo tiene alguien que aún no ha logrado y está trabajando para hacerlo y el pensamiento “¿soy exitoso o solamente es suerte?”, que técnicamente se llama “síndrome del impostor”, le sucede a alguien que ya alcanzó el éxito y sin embargo cree que es un fraude. Todo esto viene de una fuerza llamada Resistencia.

“Resistencia: el pretender impedir algo por medio de la acción o la palabra” La Resistencia es una fuerza de la naturaleza, la naturaleza humana. Siempre está ahí, cuando estamos despiertos y cuando dormimos, cuando estamos felices y cuando estamos tristes, cuando estamos productivos o cuando estamos estancados. La Resistencia siempre está ahí. Podremos pensar que la hemos vencido pero no es así. De la misma forma que un águila no vence la gravedad cuando surca por los cielos, ya que tendrá que vencerla una vez más cuando despierte de un sueño y tenga que volar de vuelta para cazar su siguiente comida. Y esto es algo bueno porque el luchar contra la Resistencia nos ayuda a crecer. Levantamos pesas en el gimnasio porque causan Resistencia a nuestros movimientos y con ello hacemos músculos. Memorizamos, y nos cuesta trabajo, porque queremos poder acceder la información más adelante, usarla, pero encontramos Resistencia en el proceso de memorización, de menos a mi me pasa.

waterfall-984180_960_720La Resistencia es. La Resistencia siempre estará ahí. La Resistencia es implacable. Como dijo Steven Pressfield “La meta de la Resistencia no es lastimar y deshabilitar. La Resistencia busca matar.” La Resistencia parece buscar que las cosas permanezcan igual, pero en realidad sabemos que nada permanece constante. La Resistencia pretende que no nos movamos, que dominemos ese cambio y produzcamos algo. La Resistencia quiere que las cosas se pudran. Nosotros queremos ayudar a las cosas a vivir. Queremos crear. Queremos luchar contra la Resistencia en todas las oportunidades que podamos. Luchamos contra la Resistencia cada vez que decidimos escribir una palabra más, pintar una línea más, hablar con una persona más, revisar un reporte más. Luchamos contra la Resistencia con cada paso que damos en nuestro espacio creativo. Y eso es todo lo que es, con la Resistencia. Simplemente tenemos que saber que nunca jamás desaparecerá. Siempre estará ahí para detenernos. Y es bueno saberlo. Es bueno saberlo porque podemos contar con ella como podemos contar con la gravedad. Podemos usarla para hacernos avanzar. Podemos usarla para hacernos más fuertes. Podemos usarla para producir trabajo de mejor calidad cada día. Podemos usarla para ayudarnos a dejar de procrastinar. ¿Qué? ¿Pensaban que no podría hablar de procrastinación? La procrastiación estaba implícita todo este tiempo y solamente aquí al final pude asomar la cabeza.

Cuando estén por ahí, preocupándose por sus asuntos y que sienten Resistencia, espero que ya puedan reconocerla. Cuando lo hagan, lo primero que quiero que hagan antes de luchar contra ella es que la observen con curiosidad. Quiero que la reconozcan conscientemente y reconozcan el poder que tiene. Solamente entonces luchan contra ella. Encontrarán que esta forma es más clara. Tendrán más opciones y tendrán más éxito. Ahora, tú platícanos ¿cómo te ha tratado de atacar la Resistencia? Nos encantaría escuchar lo que tienes que decir con algún comentario aquí abajo.